viernes, 27 de diciembre de 2013

New York, New York.

Es una regla y no hay excepción: Necesitas algo que realmente merezca tu preocupación, para darte cuenta que todo lo demás era una estupidez, y entonces, detenerte. Es como despertar antes de una erección en un sueño, o justo cuando el asesino te va a matar en una pesadilla. Necesitas que sucedan cosas verdaderamente trascendentales para despertar.

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El tema de inmigración e ilegalidad en Nueva York, se trata de una "problemática" que como muchas "problemáticas" sociales (tráfico de drogas, legalización de mariguana, portación de armas, etc.) tiene una lógica muy simple pero con mucho sentido:

Quienes mantienen la economía turística de esta gran metrópoli son inmigrantes (legales e ilegales) que al poder trabajar sin un permiso laborar se convierten en mano de obra barata con las peores condiciones laborales. Por parte del empresario es conveniente porque significa un mínimo porcentaje de dinero invertido en sus empleados. Y para el inmigrante es conveniente, porque sus ingresos son igualmente mayores a los que recibía en su país.

A partir de esta lógica surge un "mundo" específico con personajes y escenarios localizados al rededor de Nueva York, que varían según el caso, pero que yo, de alguna manera, quise generalizar. Debo aclarar sin embargo, que esto no se trata de una verdad absoluta y que esta "categorización" nace de la subjetividad de unas cuantas de mis experiencias:

Elhard worker” 
Inmigrante. Trabaja en un restaurante y/o bar con “coworkers” quienes generalmente no están a gusto con lo que hacen. Por supuesto que no ¿cómo podría agradarles su trabajo, si los horarios, las exigencias y las condiciones, los hacen parecer los esclavos del mundo moderno?

A nuestro personaje le cuesta adaptarse al inicio, bastan dos o tres meses para que entienda el sistema de trabajo y un poco más para que empiece a ser “competente”. En aproximadamente seis meses, se da cuenta de que quiere quedarse en Nueva York, y de que incluso podría ganar más dinero. El “hard worker” tiene derecho a elegir su estilo de vida ya que ahora puede soportarla económicamente: algunos sólo trabajan excesivamente, otros envían dinero a su país, otros se lo beben; otros estudian, otros tienen que estudiar; algunos son artistas o eso creen ser, otros terminan siendo "putos" y ellas "guarras"; algunos deciden formar familias, otros deciden ser muy solitarios, pero la mayoría, deciden vivir al ritmo de los excesos de Nueva York.

El “manager”
Casi todos los “managers” de Nueva York empezaron lavando platos y llevan más de 20 años trabajando en el mismo lugar siendo sobreexplotados, humillados, pisoteados y escupidos. Ese tiempo les fue suficiente para aprender a vencer en la batalla del más fuerte y convertir su sueño americano en la pesadilla de mil empleados más. Ahora, entonces, se sienten orgullosos al momento de sobreexplotar, humillar, pisotear y escupir a los que están empezando. Todos odian al “manager”.


El “customer”
Si el cliente es turista, significa que no sabe o se hace el idiota a la hora de dejar propina. La mayoría de clientes en Nueva York, sin embargo, cuentan con un 20% del costo de lo que consumen para pagar por el servicio. Algunos clientes son expertos en humillar al mesero (en este caso el mismo “hard worker"), sobre todo si su inglés apesta a hispano. Los clientes hombres son excesivamente amables con las meseras y la mayoría se convierten en clientes regulares. Los mejores clientes son los que trabajan o trabajaron en servicio al cliente y las parejas de adultos homosexuales. Los peores clientes son los grupos de mujeres adolescentes y las cincuentonas amargadas.

No importa cómo sea, el cliente siempre tiene la razón, y más, teniendo en cuenta que sus “tips” son como las donaciones al inmigrante, en otras palabras: uno vive de la caridad del otro.

El “hard worker” se puede disfrazar de "costumer" en su día libre "by the way".

“The Rat” 
No importa qué papel juegues en esta obra, siempre va a aparecer una rata en la escena. Dicen que en Nueva York hay 6 ratas por persona. Yo creo que hay más.

Los "Roomates"
En Queens: son como enemigos. En Brooklyn: son como la familia.

El “Subway” 
Funciona 24 horas. Parece haber una percepción negativa hacia esos viejos vagones del tren, pero es una de las cosas que más se aprecian de esta ciudad. Sí, "Nueva York es la ciudad que nunca duerme" gracias a su eficiente sistema de transporte. En el Subway se ven las situaciones más extrañas, los personajes más graciosos pero también los más terroríficos. Cualquier expresión de locura que alguien pueda imaginar, tiene que suceder en alguna instalación del Subway.  Arte, historia, drogas, olores, ratas, basura, animales, policías, habitantes de la calle, homosexuales, lesbianas, judíos, negros, niños, gente, humamos siendo demasiado humanos, 24 horas del día.

Nueva York está diseñada para que las personas usen el Subway todos los días del año y esto quiere decir que en el tren se reúnen todos los personajes de nuestra historia; allí, siendo tan diferentes, todos se envuelven en su misma escencia, por compartir la misma lógica: Consumo, información, cultura, libros, celulares, cansancio, resaca, sueño, drogas, gafas oscuras, café, mucho café. Yup babe! "Same shit, different toilet" Thank you Eminem.

“A little thought” 
Nueva York es la capital del mundo porque integra a todo el mundo a su interminable y excéntrico sistema de producción. Mantener la cordura en medio de tanta locura. Pienso y escribo.

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Algo sucedió. Algo realmente importante me hizo despertar, y detenerme. Estoy en algún lugar escribiendo en las dos últimas páginas en blanco de un libro. Estoy sentada justo en frente de una ventana, es de noche y afuera está helando. Llueve. Se alcanza a escuchar el sonido del viento. Dos mujeres se están riendo, son americanas. Ya casi no puedo distinguir mis propias letras, la tinta del bolígrafo se está terminando. Tengo frío en las piernas, es como si todo el calor de mi cuerpo se hubiera concentrado en mi rostro. Creo que es la maldición de la calefacción Neoyorquina. La calle está llena de luces y su reflejo en la ventana no me deja distinguir aquello que quiero distinguir; parecen gotas de lluvia cuyo peso las hace descender cada vez más despacio en vez de hacer lo contrario. No es lluvia. No. Se trata del mejor escenario de esta obra de teatro, una de las perfectas maravillas del sueño americano, de esas que sólo se disfrutan cuando las contemplas de lejos:

¡Oh! Es nieve. Está nevando. Es la primera vez que veo nevar.

martes, 2 de abril de 2013

Adiós



Me despido del último día y la última noche en este lugar.
Me despido de la luna que hoy me mira tímida, tras una inmensa ventana; la misma que fue testigo, de mi enorme susceptibilidad humana. 
Me despido del viento helado que hoy se aferra a mis huesos, el mismo que ha sido cómplice, de mis intolerables pensamientos.

Me despido del sol, que entre paisajes, tantas veces admiré;
el mismo, que entre sombras, muchas veces rechacé.
Me despido del aire más puro que ha llegado a mi conciencia,
de la música más mística que ha compuesto la naturaleza;
del aroma más prodigioso que ha estimulado mis sentidos
y del lugar más fascinante que la perfección ha conocido.

El mismo lugar, en el que la pobreza dejó su legado,
el mismo al que le arrebataron su cultura, e incluso, su pasado.
Me despido de éste, y todos los lugares que ignoré,
porque cuando regrese, si regreso, tal vez ya no los encontraré.

Me despido del conductor imprudente que casi me estrella
y del que casi me estrella, por mi insolente imprudencia.
Me despido de los mil setecientos pesos que pagué por un pasaje y del dinero que ahorré por todas las veces que no pagué.
Me despido de los drogadictos, que en un bus, se rehabilitaron;
los mismos, que vendían dulces o que alguna canción balbucearon.
Me despido de toda la droga que posiblemente consumí
y de todos, todos, los dulces, que día y noche, me comí.

Me despido de cada pájaro que me deleitó con su canto
y de todas las palomas por las que nunca tuve encanto.
Me despido de los animales, que quise más que a un ser humano;
los mismos que nos alimentaron, a nosotros, malditos humanos.

Me despido de las personas que me acompañaron con un café,
y de las que no lo hicieron, pero supieron disfrutar de ese placer.
Adiós a tu indescriptible aroma. Adiós amigo café.
Adiós a quienes te cultivan. Adiós agricultores de café.

Me despido de todos los que me hicieron sentir. Lo que fuera.
Y de aquellos que algo sintieron por mí. Cualquier cosa.
Hasta pronto a todos los que esperan algo de mí,
y hasta pronto a todos, los que me enseñaron algo de mí.

Me despido de los que no me despedí,
y de todas las personas que nunca conocí.
Adiós a los que con su aroma me impregnaron,
algo que solo sucede, después de un profundo abrazo.

Me despido porque sí, tal vez porque necesito huir;
o  porque quiero regresar siendo mejor de lo que fui.
Me despido, consiente, de que tal vez no será así
y de que seguro, regresaré, extrañando lo que evité vivir.

Me despido de usted, y de mí en este bellísimo lugar.
Me despido de estas letras y de usted, leyendo cada una de ellas.
Me despido de este final, que realmente no quiero acabar,
el mismo que usted, por fortuna o por desagracia, acaba de terminar.


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Fotografías por Paola Sarmiento. Nombrándolas desde arriba:
Luna en Cartagena - Colombia.
El Cabo de la Vela - Colombia.
Santa Marta, El rodadero - Colombia.
La Guajira - Colombia.
Su nombre es Max, Bogotá - Colombia.
Nunca me dijo su nokmbre, vendía café. El Cabo de la Vela - Colombia.
Túnel desde Girardot camino a Bogotá - Colombia.

viernes, 15 de marzo de 2013

Eso dicen

Dicen que pensar en el ayer es nostálgico
y que pensar en el mañana es soñador.
Pero recordar no significa arrepentirse
y soñar no significa que no sucederá.
Así como recordar, soñar es una necesidad del presente.

Dicen que Frankenstein es un monstruo malvado
y que un Pit bull es un animal asesino.
Pero la fealdad no significa maldad
y producir miedo no significa asesinar.
Así como el malo, el asesino se defiende de una percepción equivocada.

Dicen que la soledad es triste
y que el silencio es aburrido.
Pero es posible reírse en absoluta soledad
y entretenerse con innumerables pensamientos.
Así como la soledad, el silencio es una necesidad del alma.

Dicen que el matrimonio es amar en una cárcel
y que la religión es fanatismo transformado en fe.
Pero el matrimonio no siempre es amor
y la fe no necesariamente es religión.
Así como el amor, la fe es completamente ciega e irracional.

Dicen que el grado máximo de excitación es un orgasmo
y que el instante más feliz de un ser humano es cuando le da vida a otro.
Pero así como el orgasmo, la vida se acaba en un segundo.